sábado, 7 de enero de 2023

 



BAJO EL CIELO CASTELLANO (de Segovia a Benavente)


 

Aprovechando las vacaciones cojo el coche y me voy a Tordesillas. Llego con el tiempo justo de ver un poco el río ("la playa", donde por cierto no te puedes bañar, según un cartel) y me quedo sin luz para hacer fotos. Es lo que tiene el invierno...

A la mañana siguiente continuo por la autovía hasta encontrar el desvío a Medina de Rioseco, pero no llego a Medina. Antes me desvío por varias carreteras comarcales y salgo directamente a Villamuriel de Campos. La estación abandonada se encuentra saliendo del pueblo. Dejo el coche en las últimas casas y "justo" sale un vecino a pasear a su perro. Pongo el "justo" entre comillas porque el vecino, un señor mayor, sale porque oye el ruido de mi coche. Es lo que pasa en los pueblos pequeños y estoy muy acostumbrado. Y es normal, porque como dice el señor "por esta calle solo pasa la cartera". En otros casos miran a ver si es el panadero, etc... Otros coches no suelen pasar por ahí, y menos detenerse, así que si sale un tipo con una cámara en la mano, lo miran con cierta curiosidad. Me pongo a hablar con el señor y me cuenta que él trabajo en el desmantelamiento de la vía. Me dice que iban en un tren, y que dormían en los vagones (jóvenes de la zona, contratados para eso), que a medida que el tren avanzaba iban quitando la vía. Me cuenta que una locomotora tenía que pasar por un puente y resultó que el puente ya lo habían quitado... ¡¡Y tuvieron que volver a ponerlo!! Me resulta muy triste lo que cuenta, porque desmantelar una vía es muy triste, pero también muy interesante. Me gustaría seguir hablando con él mucho rato, pero el día es corto y tengo muchas estaciones que fotografiar. Así que me despido y me voy a la estación... Que por cierto, me cuenta el hombre, es privada, que la compró un vecino y que quería hacer algo con ella, pero al final no hizo nada y está abandonada. No sé qué pasará en el futuro, pero de momento la estación aguanta como puede, que ya es mucho. Otras he visto en peor estado...













Un rato después, vuelvo al coche y sigo la antigua vía en dirección a Palanquinos, final de este ramal. No voy a llegar hasta allí porque me pilla muy lejos y tengo que ir parando en estaciones que aún no tengo fotografiadas, como la siguiente, la de Barcial de la Loma. Para encontrarla tengo que preguntar a una señora, que, por cierto, está comprándole el pan al panadero que viene con una furgoneta (una suerte, porque hay veces que no encuentras vecinos), la señora me aconseja que deje el coche porque el camino estará muy lleno de barro. Ha llovido toda la noche y eso es un problema, pero luego resulta que el camino está mejor de lo que parece y se puede llegar bien, eso sí, como la hierba está muy mojada, al momento ya voy con las zapatillas llenas de barro y mojadas, y al momento ya está toda la parte baja de los vaqueros igual de mojada, además de los calcetines  (y luego a lo tonto, baja la temperatura y te resfrías...). Menos mal que llevo ropa de recambio en el coche... Por lo demás el tiempo es muy bueno, demasiado bueno, y al sol se está muy bien. En estas fechas debería hacer más frío.

La estación está en pie, pero los baños ya no tienen techo y el edificio principal está en un estado pésimo, no tiene la puerta tapiada y se puede entrar dentro, pero con mucho mucho cuidado. Yo casi nunca entro dentro, a no ser que lo vea relativamente seguro. 


















Vuelvo al coche. Más rectas y más meseta. Campos y campos donde empieza a crecer el trigo (no sé mucho de plantas, pero supongo que es trigo). Es un paisaje muy monótono. A mí me gusta, porque vengo de Valencia y es muy distinto al que veo todos los días, pero tengo que reconocer que después de todo el día acabaré cansado de tanto campo, tanta carretera recta y tanto cielo vacío, aunque al venir lo he visto lleno de nubes e incluso me he metido en la niebla por unos kilómetros. Pero ahora ya no hay ni niebla ni nubes ni nada de nada. Solo campos y cielo. Y torres de alta tensión...






Llego a Castroverde de Campos y encuentro rápido la estación. Está junto a una granja y en el camino hay un letrero que prohibe la entrada "por motivos sanitarios". De todas maneras se puede aparcar delante de ella, y antes de entrar en el terreno de la granja, así que no me meto en zona privada (no lo hago nunca, o casi nunca, o si lo hago es después de hablar con los dueños, si los veo por ahí). Algunas personas no se toman bien que un tipo se meta a hacer fotos de no sé sabe qué... Es decir, que no se fían... Y lo entiendo, porque también sé de gente a la que les han robado cosas mientras hablaban con desconocidos, que, por ejemplo, les distraían preguntándoles una dirección. Si la gente de los pueblos pequeños se vuelve desconfiada muchas veces es porque tienen motivos para serlo. 

La estación está en buen estado, al menos ha simple vista, aunque luego me fijo mejor y veo que el techo está medio caído. Aun así me da la sensación de ser más sólida, más estable y con más posibilidades de resistir que las dos anteriores. Y junto a ella hay una caseta en lo que era el cruce con la carretera. La caseta está peor, pero es muy bonita.











Y otra vez al coche, y más carreteras rectas y vacías, que cruzan campos y campos y campos. Y de repente... ¡¡un águila en un cruce!! No sé vosotros, pero eso yo no lo veo todos los días...






(¿La veis volando a ras de suelo?)


Me he saltado la estación de Villanueva del Campo porque ya la tengo fotografiada de un viaje anterior. Ahora voy a buscar el apeadero de Roales de Campos. Cuando lo encuentro me pongo como loco a hacer fotos, porque el sitio es increíble. El resumen perfecto de lo que era este ferrocarril... Podría estar todo el día haciendo fotos aquí, pero tengo que irme. Y ya no tengo tiempo para mucho más, me tengo que dejar todas las que quedan, que son bastantes aunque a la gran mayoría ya las fotografié hace varios años. No me importaría nada volver a verlas, pero esta noche tengo que dormir en Segovia y no quiero llegar de noche.













Y ya ha pasado otro día. Nuevo hotel y nueva ciudad. Me gusta mucho Segovia. Aunque esto no es nada extraño... ¿A alguien no le gusta Segovia?
Hace un año estuve dando una vuelta por el antiguo ferrocarril Segovia-Medina del Campo. Hoy quiero ver las estaciones que hay en la única línea que queda, la que va a Madrid. Sirven todas como apeadero, es decir, el tren pasa y para, pero la estación está cerrada y por tanto los viajeros tienen que esperar al aire libre (o bajo un pequeño techo que protege muy poco, sobre todo del frío, y aquí puede hacer un frío espantoso). Hoy hace muy buen tiempo y en San Rafael, por ejemplo, veo a algunas personas esperando el tren. Pero en un día malo de invierno la cosa puede ser muy distinta, y si el tren se retrasa ya ni te cuento...
Como voy bien de tiempo, paso el Alto del León (nunca había pasado por la Nacional, siempre voy por el túnel) y encuentro, después de alguna vuelta de más, la estación de Tablada. No sé si será la que tenga mejores vistas del país, pero una de ellas es, desde luego. ¡Vaya paisaje!

Hago fotos y antes de volver al hotel, me desvío hasta Ortigosa de Pestaño y paro un momento también en la de Yanguas de Eresma. Ya me las conozco pero no me importa volver. Y ya está, no hay tiempo para más. Mañana toca volver a Valencia...