sábado, 21 de noviembre de 2020

 




MANUEL, VALENCIA, EL TIEMPO NUNCA PERDONA.


Manuel es un pueblo que está cerca de Játiva, en la línea que va de Valencia a La-Encina, que en una primera etapa llegaba solo hasta Játiva y que fue una de las primeras líneas de ferrocarril de este país (la tercera línea de hecho, si contamos las líneas de vía ancha). Esta estación no es la original, pero el trazado sí era el original. Aquí dejamos la llanura de Valencia y nos metemos en el valle del Cañoles, que es un afluente del Rio Albaida, que a su vez es un afluente del Júcar. Este pueblo está en la primera colina que encontramos desde Valencia, que está a unos 40 kilómetros. El plan inicial era hacer un túnel para evitar el pueblo, que queda entre la colina y el río Albaida. Pero este plan inicial era muy caro (¡y si no me equivoco habría sido el segundo túnel español, después del túnel que hay entre Barcelona y Mataró), así que se optó por trazar una larga curva y rodear el pueblo. Con el tiempo el pueblo fue creciendo y las vías lo partían por la mitad, y por aquí pasaban muchos trenes. De manera que hace unos años se decidió hacer un desvío. Y se volvió al plan inicial... ¡Hacer un túnel! Y se hizo. Pero también se hizo una nueva estación, que queda bastante lejos del pueblo, justo entre Manuel y Enova (ahora el nombre oficial no es el que pone aquí sino l´Enova, por cierto, aunque la antigua estación tiene el nombre de los dos pueblos, en realidad está en las afueras del pueblo de Manuel). Por tanto los vecinos por un lado han ganado mucha tranquilidad, porque los trenes pasaban todo el rato por delante de sus casas, pero por otro lado ahora si quieren ir a la estación, tienen que coger el coche, mientras que antes la tenían muy cerquita. Y ¿qué hacemos con el trazado antiguo? Pues lo convertimos en una vía verde, que está muy bien para salir a pasear por las mañanas y por las tardes, y que te lleva hasta el antiguo puente sobre el río Albaida, al poco del salir del pueblo. 

Pero la estación está muy abandonada, la antigua estación, me refiero. Y es una pena, porque tal vez se podría hacer algo con ella, teniendo en cuanta que está dentro del pueblo y no perdida entre los campos ni en el monte, como muchas otras, no sé, un bar o un restaurante, o un edificio del ayuntamiento o otra cosa con sentido social. Sí, es difícil, pero he visto recuperarse otras estaciones... Y por cierto a ésta la conozco muy bien, porque he ido en tren miles de veces hasta Játiva, a ver a la familia. Y cuando pasábamos por aquí ya sabía que estaba llegando a mi destino. Y es triste ver que los recuerdos se van perdiendo y los lugares se van destruyendo, pero es que el tiempo nunca perdona.




















  




lunes, 12 de octubre de 2020

 



Primeros de otoño en Castilla la Vieja, Segunda parte.


Ayer acabamos el día en Peñafiel. Hoy de buena mañana cogemos el coche y segumos la nacional hacía Valladolid, que va entre el duero y los viñedos y los montes de pinos, y muy cerca de la carretera va la vía del tren. Aquí está toda la vía intacta, en algunas partes llena de matorrales y en otros lados tan limpia que parece que un tren pudiera pasar en cualquier momento, hasta que llegas a un paso a nivel y ves que han tapado la vía, con una capa de asfalto o una capa de tierra, y eso es una señal evidente de que no se espera que nunca más vuelva el ferrocarril, aunque se habló en algún momento, de un posible tren turístico relacionado con el vino (sueños de épocas pasadas, me temo...). No sé, tal vez el futuro nos dé alguna sorpresa...


Lo que sí tenemos son todas las estaciones, pero algunas, bastantes en realidad, son privadas. Tenemos una que es un preciso chalet, con un jardín muy bonito, pero la estación casi ni parece una estación, la de Sardón de Duero, y tenemos otras que son privadas o lo parecen, pero que no se han modificado casi y están en un estado decente aunque descuidado. Hay una que fue un bar hace años, me dicen, y aún veo el cártel, pero en la que "Ahora vive un hombre", me dice un vecino. Es la estación de Tudela de Duero, y por el lado de las vías está tapada por la vegetación, pero el almacén convertido en bar me resulta bastante curioso, la verdad.  De todas me quedo con la que no ha sido tocada para nada, la de Quintanilla de Arriba. Es una pena su abandono, pero también es exactamente esto lo que busco al ir a fotografiarla.





























Después, de Tudela de Duero buscamos la nueva autovía que va a Segovia, dejamos el Duero y nos vamos a buscar la sierra entre enormes pinares. Pero antes de Segovia nos desviamos varias veces, y encontramos tres estaciones: Ortigosa de Pestaño, Yanguas de Eresma y Hontanares de Eresma, las tres muy abandonadas y estropeadas, aunque los railes han sido sustituidos por una "vía verde". Y ya no hay tiempo para más. Todavía quedan algunas por visitar, pero tendrá que ser en otro viaje...


































 



Primeros de otoño en Castilla la Vieja, primera parte.



Ya he hablado antes del Valladolid-Ariza. Hacía dos años que no pasaba por Soria y tres años que no llegaba hasta Valladolid. Así que en un largo día de viaje, salgo de Valencia y voy hasta Almazán, donde sé que está la estación restaurada y utilizada como casa rural. También sé que han quitado las vías, y puedo ver que la destrucción ha llegado hasta casi la estación de Barca, y digo "casi" porque para mi sorpresa la estación está como estaba hace dos años, lo único que han hecho ha sido tapiar las puertas. Lo demás está igual y sigue siendo una estación muy bonita, en un entorno muy hermoso.









Continuo camino hasta la siguiente, la de Rebollo de Duero, que hasta ahora no había fotografiado. Está muy escondida, entre un frondoso bosquecillo, en medio del valle pero sin camino claro de entrada, tengo que parar el coche donde puedo y dar la vuelta porque como pasa muchas veces, me he pasado el desvío, que no tiene señal ninguna y es otro más de los caminos de tierra que hay por la zona. Luego resulta que la estación es propiedad privada, y está en buen estado de conservación. Hago algunas fotos de los alrededores, porque siempre prefiero ver una vía llena de matorrales que una limpia "vía verde" (manías que tiene uno...) y continuo sin parar hasta Berlanga de Duero. Está estación también la fotografíe hace dos años. Y está igual. Lo único es que ahora la valla de madera está en el suelo, con lo cual es mucho más fácil entrar de lo que ya era. Pese a todo intento no pasar dentro, que siempre que puedo evito meterme en propiedades privadas, aunque en este caso todo está bastante abandonado, si bien hay un cártel que indica que la estación tiene alarma (o al menos eso pone...). Es una estación que pese a todo se mantiene muy esbelta y elegante.
























Como se me hace tarde, tengo que saltarme la de San Esteban de Górmaz, que hace dos años estaba como la de Berlanga: propiedad privada, pero sin ninguna o muy poca vigilancia y sin valla metálica, es decir que se puede llegar hasta la misma estación sin problemas. Y en un estado de aparente abandono o por lo menos no se ve que tenga ninguna actividad reciente, ni como casa particular ni como otra cosa. Bueno, así estaba hace dos años... Es una pena, pero tengo que llegar a Peñafiel antes de quedarme sin luz...



























Y la de Peñafiel, que aún no había fotografiado porque había pasado hace 3 años camino de Valladolid pero no había podido parar, la verdad es que no me decepciona para nada. Es un sitio magnífico, ferroviariamente hablando, la estación está en muy buen estado, aunque abandonada, y los alrededores son como uno espera encontrar en una estación abandonada, con las vías entre la maleza, pero además tiene dos depósitos de agua estupendos, además de otros elementos, las farolas, por ejemplo, que tienen una decoración muy delicada, lo cual demuestra el interés y el cuidado que tenían antes en todo, incluso en una "simple" farola. 

Y bueno, la noche llega y ya no puedo seguir haciendo fotos... Mañana más...