domingo, 28 de octubre de 2018



FERROCARRIL ZARAGOZA- UTRILLAS. INTRODUCCIÓN.



Fue uno de los más largos ferrocarriles de vía estrecha del país. Muy parecido al de Ojos Negros-Sagunto al ser también un ferrocarril minero, que arrancaba en las remotas, frías y áridas montañas de Teruel y iba a morir a Zaragoza, después de cruzar estepas y bosques, barrancos y sierras. Su trazado era muy complicado y su historia también, con la destrucción de la Guerra Civil y los ataques de los maquis. Entre los aficionados al ferrocarril tenía fama de ser un tren difícil de fotografiar, con una especie de leyenda extraña a su alrededor. Hoy no queda casi nada, pero lo que queda es espectacular. En las minas de Utrillas se ha recuperado un pequeño tren a vapor que circula en algunas fiestas y que tiene mucho éxito, porque además del tren, uno puede aprovechar el viaje para ver los museos mineros. Toda una forma de vida y una forma de vivir que quedó encallada en el arrecife del tiempo. Y ahora nos parece algo exótico, pero no queremos pensar en lo duro que debía ser trabajar en las minas y llevar los pesados trenes cargados hasta su destino, y más teniendo en cuenta lo duro del clima y de la geografía aragonesa.



































FERROCARRIL SANTANDER-MEDITERRANEO. DE SORIA A BURGOS.



Una de las partes más bonitas de un ferrocarril que atravesaba algunos de los paisajes más hermosos de Castilla y León. Toda la provincia de Soria tiene grandes atractivos naturales, pero la parte más conocida y más turística es la zona de los pinares, en el Norte de la provincia, y este tren se mete de lleno entre enormes pinares que se pierden hasta el horizonte. Sube a 1200 metros y luego baja, muy lentamente hacia Burgos. Algunas estaciones han sido convertidas en albergue, otra ha sido cedida a particulares y funciona como vivienda, y otras están abandonadas. Las hay de distintos tipos, desde grandes estaciones como la de Salas de los Infantes, a modestas estaciones como la de La Revilla, pero todas están en plena naturaleza, entre bosques, sierras y campos. Sólo por eso ya merecen la visita.







Fotos 1-3. Estación de Salas de los Infantes.









Foto 4. Estación de La Revilla. Está siendo restaurada, pero ignoro con qué fin.







Foto 5. Estación de Barbadillo del Mercado. Por desgracia, la valla me cerraba el paso.






Foto 6-8. Estación de San Leonardo de Yagüe. En muy buen estado y una de las pocas que está pegada al casco urbano. Es una vivienda particular. Esta parte del ferrocarril ha sido recuperado como vía verde.











domingo, 14 de octubre de 2018





ESTACIONES DE LA SERRANÍA, PRIMERA PARTE.


Como un faro en una isla perdida, sin nadie más viviendo en cientos de quilómetros, así debía sentirse el jefe de estación de Enguidanos en la largas noches de invierno, o cuando las nevadas dejaban aislada la estación. Situada entre un largo túnel y un más largo aún puente, perdida entre bosques y barrancos, la estación está tan lejos del pueblo que es matemáticamente imposible que nadie viniera a coger el tren aquí. Hoy en día se alza orgullosa en su olvido antiguo, en su soledad tranquila y soberbia, y nos desafía con su indiferencia natural, esa indiferencia de los barcos abandonados a la deriva y que, no se sabe cómo, consiguieron llegar a su playa.



















domingo, 7 de octubre de 2018




ESTACIONES DE SORIA. CUARTA PARTE. EL FERROCARRIL ARIZA-VALLADOLID (II).


Después de pasar por Almazán y Berlanga de Duero, la siguiente gran estación de esta línea siguiendo el Duero hacia Valladolid era La Rasa, que en realidad era la estación de El Burgo de Osma. Esta estación fue motivo de disputa entre los habitantes de El Burgo de Osma y la familia terrateniente propietaria de los terrenos donde finalmente se estableció la estación, muy lejos de El Burgo, con lo cual esta viaja ciudad, que había sido muy importante en la edad media y la edad moderna, continuaba su inexorable decadencia. Por sí, tenía ferrocarril, pero lo tenía lejos, lo suficiente lejos como para que el trasporte de materiales y pasajeros fuera más complicado de lo que debería haber sido. Pese a todo la estación de La Rasa tuvo su importancia. Y aún, pese a su estado actual, se puede imaginar cómo sería en sus mejores tiempos. Cuando estaba haciendo fotos, un hombre que paseaba a su perro, me comentó "la pena de le daba verla así". Aquel vecino de La Rasa, que hoy es una aldea minúscula, pensaba que esta estación se podría utilizar como albergue o hotel o casa rural "Como han hecho con la de Almazán", recalcó. Pues sí. Pero no todos los proyectos de casa rural o de hotel o de albergue acaban bien, pensé yo. Y me vino a la cabeza las estaciones de San Esteban de Gormaz y de Berlanga del Duero, que han pasado a manos privadas pero no se sabe bien qué va a pasar con ellas, o al menos hoy por hoy están cerradas y sin que parezca que se vaya a hacer nada con ellas. El tiempo lo dirá, pero mientras hay estaciones que aguantan como pueden y hay otras que algún día las tragará la maleza. Y ese día cada día está más cerca.