viernes, 25 de enero de 2019





CAMINO A LAS MONTAÑAS (I)


Entre Huesca y Ayerbe. Muy lejos aún de las nieves de Canfranc, encontramos una estación perdida entre campos de trigo y colinas desérticas. Es la estación de Turuñana, que no tenía pueblo, porque era una estación que daba servicio al empalme entre la vía principal, la que venía desde Huesca, y el ramal que bajaba directo desde Ayerbe hasta Zaragoza, pensado principalmente para los mercancías que venían desde Francia, en un momento en que el túnel internacional de Canfranc, bajo el puerto de Somport, estaba en pleno rendimiento. Cuando se cerró el túnel, ese ramal, que en realidad era una larguísima recta hacía la llanura, dejó de tener sentido. Y con la estación pasó lo mismo. Ahora está totalmente abandonada. Sólo se puede llegar a ella por un largo camino de tierra. Y no hay señal ninguna que nos diga si vamos bien o vamos mal. Y tal vez sea mejor así.

















sábado, 19 de enero de 2019




FERROCARRIL ZARAGOZA-UTRILLAS. CUARTA PARTE.


Por terreno nacional. Durante la guerra civil esta parte del ferrocarril, que iba desde Zaragoza hasta Belchite, estuvo bajo territorio nacional. Luego una breve y cambiante tierra de nadie y más arriba el territorio republicano, hasta el final en las minas de Utrillas. Así estuvo un tiempo, hasta que Teruel cayó definitivamente bajo el bando nacional y los republicanos se retiraron, entre la nieve y el frío, hasta el otro lado del Ebro. Para entonces Belchite ya era una ruina, y estos puentes también. Hay dos, uno antes de Belchite, junto a la estación de Puebla de Albortón, y el otro al poco de pasar Belchite. Eran unos puentes metálicos, y por tanto ya sólo quedan los pilares. Pero son unos pilares descomunales, que llegan a los cien metros de altura. No sé cuento tiempo aguantarán. Aquí en las fotos no se ve, pero el agua, cuando llueve con fuerza, va royendo la piedra por su base, de manera que algún día caerá como un tronco podrido por dentro. Será muy triste, pero será inevitable. O no. O tal vez esta vía abandonada se convierta en una Vía Verde. No sé, cosas más extrañas se han visto.













viernes, 18 de enero de 2019



ESTACIONES DEL MONCAYO. SEGUNDA PARTE.


¿He dicho que son unas ruinas, sí, pero unas ruinas magníficas, verdad? Pues la estación de Portillo de Soria es un buen ejemplo. Y eso que el día lluvioso impedía ver el Moncayo, con su cima siempre imponente, ya sea verano o invierno, justo delante, a un tiro de piedra. Y eso que la estación está completamente en ruinas, y que la naturaleza es la dueña y señora del espacio en el que antes esperaban los viajeros. Y eso que los caminos estaban en tan mal estado que casi era imposible llegar. Pero aún así, a pesar de toda la lluvia y todos los problemas, merecía la pena acercarse a verla. Porque en su modestia, en su intento de camuflaje vegetal, en su intento de diluirse entre el paisaje, la estación era una ruina espléndida, casi diría que una ruina maravillosa. Aunque, claro, uno no puede dejar de pensar en cómo sería ver pasar los trenes por aquí, las viejas locomotoras de vapor, los lentos trenes que llenaban de humo y ruido el tranquilo campo. Aquello sería todo un espectáculo...
















jueves, 3 de enero de 2019




 ESTACIONES DEL MONCAYO. PRIMERA PARTE


La parte del Santander-Mediterráneo que subía desde Calatayud hasta Soria era una maravilla Escalaba desde los 500 metros hasta los 1000 en unos pocos kilómetros y cruzaba valles escarpados y estrechos, hasta los campos áridos y fríos de la meseta Soria, pero las vistas que debían tener los viajeros, en cualquier momento del año, eran impresionantes. El Moncayo siempre se muestra imponente, con nieve o sin nieve, entre la bruma o en un día despejado. Y al fondo, muy al fondo, las sierras del norte de la provincia, con sus pinares frondosos. El tren iba directo a meterse en ellos, y la continuación de Soria a Burgos era un cambio radical de paisaje. Por eso aquí se rodaron las escenas del viaje en tren de la película ""Doctor Zhivago", porque de Sibera a Soria sólo hay un paseo...

Hoy en día quedan un buen puñado de pequeñas estaciones en un estado muy ruinoso. Pero son unas ruinas espléndidas...